Dieta atlántica

La importancia de una dieta saludable en la salud y en el bienestar de las personas es algo que ya nadie se atreve a poner en duda. Los alimentos son un medio a través de los cuales podemos, no solo  prevenir enfermedades, si no promover lo que la OMS define como salud:

Estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

La dieta atlántica, por sus propiedades saludables,  se ha convertido en un referente no solo en España, sino también en Europa.  Algunos de sus alimentos, como el mejillón o el pescado azul, tan abundantes en nuestra ría, están considerados como superalimentos por sus propiedades.

Las principales características de la dieta atlántica se recogen resumidas en el Decálogo de la Dieta Atlántica, creado en 2006 a partir del II Congreso Internacional, y son:

  • Consumo de tres a cuatro veces por semana de pescados tanto de mar como de río, y mariscos (moluscos y crustáceos), que constituyen la gran reserva natural del Atlántico. Esta recomendación es importante en la alimentación en las distintas etapas de la vida.
  •  Elevado consumo de alimentos de origen vegetal: cereales, patatas y legumbres. Se recomienda el consumo de pan elaborado con harinas integrales o de grano entero, y tomar la patata preferentemente cocida.
  • Consumo alto de frutas y hortalizas. En lo que respecta a las frutas, variar la ingesta y dar preferencia a manzanas y cítricos. Entre las hortalizas, es conveniente mantener el consumo de las del género brassica, de acuerdo a los hábitos de producción y consumo local (repollo, berzas, grelos y nabizas). También estarán presentes las judías, pimientos, cebollas, zanahorias, guisantes y ajos.
  • Uso del aceite de oliva como principal grasa culinaria, sobre todo para aderezar en crudo.
  • Ingesta diaria de productos lácteos, tanto en forma de leche, como en derivados fermentados con beneficios adicionales.
  • Consumo moderado de carne. El consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud, y es preferible elegir carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras, legumbres, o patatas. De esta manera se reduce el tamaño de la ración de carne y se aumenta el valor nutritivo del menú.
  • Ingesta abundante de líquidos, especialmente agua como bebida de elección. El vino se ha de tomar a través de un consumo muy moderado y responsable, y siempre con las comidas.
  • Sencillez en la preparación de los platos para mantener la calidad de las materias primas y su valor nutritivo. Las técnicas culinarias más empleadas son el hervido, la plancha, y la fritura en aceite de oliva, ya que mantienen mejor las características sensoriales de las materias primas de la dieta atlántica.
  • Mantener los hábitos alimentarios tradicionales atlánticos. Saber comer y disfrutar de ello.
  • Realizar ejercicio físico a diario adecuado a cada persona es tan importante como comer de forma apropiada. La dispersión geográfica de la población atlántica y el tipo de actividad profesional ayudan a llevar a cabo una vida activa y saludable. La naturaleza atlántica, terrestre y marítima, permite el desarrollo de actividades de ocio al aire libre que facilitan la actividad física.

En Casiñas Mariñeiras somos muy conscientes de la importancia de la alimentación en el bienestar de las personas así como del ejercicio físico por eso os proponemos visitarnos y disfrutar de las delicias del mar que nos ofrece nuestra ría atlántica y de las posibilidades del entorno para hacer ejercicio físico en plena naturaleza.

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